Guardia Cimarrona y Covid-19

La Constitución Política de 1991 le reconoció a las comunidades afrodescendientes de ciertas regiones del país la posibilidad de organizarse en territorios colectivos denominados consejos comunitarios y definir sus formas de gobierno.

La llegada del Covid-19 al departamento de Cauca hizo que se dedicaran a otra labor: la contención del nuevo coronavirus que puso en jaque en a la humanidad en 2020.

Para conocer esa labor, viajamos a la vereda San Antonio, del municipio de Santander de Quilichao, en donde la Guardia Cimarrona del Consejo Comunitario Aires de Garrapatero, se dedicó a luchar por la salud de 4.600 afrodescendientes.

Usando sus gorras, chalecos, chontas (bastones que los identifican como autoridad comunitaria) e implementos de aseo, se ubicaron en los putos de acceso a la vereda para desinfectar vehículos y hacer educación sanitaria.

El Gobierno Nacional implementó el Pico y Cédula para regular la movilidad de las personas, autorizando a salir de sus casas a las personas cuyos últimos dígitos del documento de identidad estuvieran habilitados.

La estrategia de esta comunidad llamó la atención de las instituciones como la Gobernación del Cauca, que reconoció su labor humanitaria y otorgó ayudas para la alimentación y aplicación de los protocolos de bioseguridad.

Junto con otras comunidades rurales, la Guardia Cimarrona desarrollaron la estrategia San Antonio Somos Todos, para promover el “Aislamiento Preventivo” (cuarentena) que decretó el gobierno nacional.

La Guardia Cimarrona del Consejo Comunitario Aires de Garrapatero tiene como aspecto particular que la mayoría de sus integrantes son mujeres, lo que revela su empoderamiento y la participación social.