Cartagena del Chaira: el reflejo de los campesinos sin tierra en la Amazonía

Miles de familias que desde hace medio siglo han habitado en Cartagena del Chairá (Caquetá), en la región Amazónica de Colombia, tomaron pedazos de esa selva tropical esperando tener un lugar propio para vivir.

Tras largas luchas, algunas tienen títulos de esas tierras. Otras no formalizaron la propiedad sobre los pedazos disponibles para titulación. Y muchas más no lograron formalizar su posesión porque está dentro de un área ambientalmente protegida. 

Desde inicios del siglo pasado, mientras en la capital de la República se expedían leyes agrarias, los colonos que llegaron a Caquetá con la promesa de encontrar tierras. Cada vez se iban internando más hacia la selva, hasta llegar a Cartagena del Chairá. 

Ese camino lo abrieron con sus manos a punta de machete y azadón, sin saber que esa zona hacía parte de la Zona de Reserva Forestal de la Amazonía.

Foto: Presidencia.

A finales de 1959, el Congreso de la República expidió la Ley 2, con la que buscó reglamentar la economía forestal para la conservación de las aguas, los suelos y la vida silvestre de siete subregiones del país, entre ellas la Amazonía. 

Así, aunque estaba en firme una ley que condicionaba la deforestación, desde el inicio de la década de los años sesenta, algunas instituciones del Estado entregaron subsidios en el departamento para apoyar los procesos de colonización.

En las regiones protegidas por la Ley 2, las disposiciones para formalización de la tierra no tendrían efecto y fue el departamento de Caquetá donde se realizó la primera sustracción de una Zona de Reserva Forestal. 

Con la Resolución 41 de 1964 del Instituto Colombiano de la Reforma Agraria (Incora), se buscó impulsar la colonización especial en tierras aptas para la explotación agropecuaria en los municipios de San Vicente del Caguán y Puerto Rico.

Entre los años 70 y 80, Cartagena del Chairá experimentó un gran poblamiento impulsado por las dinámicas de los cultivos de coca para uso ilícito. 

Para esos años, la extinta guerrilla de las Farc comenzó a “administrar” esa actividad ilícita a través de varios de sus frentes, agrupados en el Bloque Sur.

La solución que encontró el Estado para regularizar la situación de tenencia de tierras de las familias de Cartagena del Chairá fue la sustracción de 367.500 hectáreas, que se oficializó mediante el Acuerdo 65 de 1985, expedido por el antiguo Inderena e Incora. 

La sustracción de la Zona de Reserva Forestal de la Amazonía que le daría la oportunidad a miles de familias de Cartagena del Chairá de poseer la tierra tomada no resultó en la práctica como se esperaba.

En algunos casos, hay veredas enteras sin títulos, como pasa en Las Quillas, en donde de las 18 familias que se asientan en ese pedazo del Bajo Caguán, por estar dentro de la Zona de Reserva Forestal, solo una tiene título.

Otras en las que hay varios títulos dentro de la reserva forestal. Según conocen lideres de la región tan sólo en las veredas Sardinata Alta, La Holanda y Panamá Uno, unas 20 a 25 familias están en zona de Ley 2 y tienen título.

Mientras tanto, los campesinos de Cartagena del Chairá quedan entre los parches de la selva amazónica de Caquetá, tumbando árboles para subsistir. 

A la par, sobre sus hombros recae la zozobra de ser judicializados y blanco de operativos de la Fuerza Pública, al ser acusados de deforestación.