En la repartición de los Duque, la finca Santa Martica le correspondió a Leonidas Duque Barros y como sucedió con Las Planadas, El Mulero y Las Mulas, en 1986 estas tierras también entraron a un proceso de extinción de dominio por falta de explotación. Sin embargo, siete años después esté proceso fue archivado lo que evitó que Santa Martica les fuera adjudicada a campesinos sin tierra.
Aun así, los campesinos continuaron ocuparon el predio y como les sucedió a sus vecinos, fueron desalojados por 'Jorge 40' ese fatídico 15 de agosto de 1997. El 3 de julio de 2001, cuando las tierras estaban abandonadas, las cosas comenzaron a cambiar, ya que Leonidas Duque le vendió el predio al ganadero Joaquín Cortina por 218 millones de pesos según el certificado de libertad y tradición.
Sin embargo, ese mismo día –así consta en un contrato de venta–, quien aparece vendiéndole a Cortina el predio, pero por 268 millones de pesos, es Augusto 'Tuto' Castro. Según Castro, la finca se la había vendido Duque Barros y aunque esta transacción no aparece en el folio de matrícula, sí se registra que en agosto de 2002, para pagar una deuda, Cortina se la entrega a Castro.
Para tratar de entender este negocio, VerdadAbierta.com le preguntó a Cortina por qué entre él y 'Tuto' Castro se hizo un contrato de compraventa que nunca se registró. Cortina, quien siempre ha vivido en el municipio de Nueva Granada (vecino de Plato) y afirma ser víctima de la guerrilla y el paramilitarismo, además de desconocer que Castro era cercano a los 'paras' cuando ocurrió esta transacción, aseguró que no le compró a Duque Barros ya que este último tenía un contrato de compra-venta con 'Tuto' Castro, que no se había registrado, y que, para ahorrar trámites, el 'Tuto' autorizó a Duque a que le cediera las escrituras pagándole 50 millones de pesos de cuota inicial y un saldo de 218 millones de pesos que debía ser cancelado en un plazo de un año.
Según Cortina, pensaba pagar esas tierras con la venta de otra finca de su propiedad o de un crédito. Sin embargo no pudo cumplir por lo que "me vi obligado a entregarle la tierra en dación de pago al señor Augusto Castro". Adicionalmente, Cortina asegura que en el momento en que compró la finca "no estaba ocupada por campesinos". (ver Lea entrevista con el ganadero Joaquín Cortina)
En 2008 la historia de esta transacción tomó otro rumbo, ya que la señora Presentación Gámez Púa, representante de la mesa de víctimas en la región, pidió la protección individual de Santa Martica, pero tres meses después solicitó que se cancelaran las medidas cautelares. El 28 de mayo de 2009 el Incoder pidió la medida de protección a favor de Betilda Inés Morelo, ya que el predio había sido declarado en abandono por causa de la violencia.
En enero de 2011, las 18 familias campesinas que habían retornado al predio en 2007, se organizaron y solicitaron la extinción de dominio sobre la codiciada Santa Martica, donde Castro alcanzó a tener una plantación de teca de 24 hectáreas. Como sucedió en La Boquilla, el proceso comenzó formalmente el 12 de diciembre de 2011 y terminó el 8 de marzo de 2013, con el anunció del Incoder de que las tierras ya no serán más de 'Tuto' Castro y que regresan a la Nación.
El Instituto demostró que Castro no las explotaba de forma regular y estable, algo que sí hacen los campesinos desde el comienzo de su ocupación y luego del retorno tras el desplazamiento producido por la violencia paramilitar, lo que les otorga un tratamiento especial.
Con la noticia de la extinción del dominio, Santa Martica y La Boquilla podrían convertirse en uno de los primeros casos de restitución administrativa liderados por el Incoder.