Los nudos que generaron la guerra


Por halar en direcciones contrarias, siguiendo sus propios intereses, unos y otros enredaron el país y ocasionaron una confrontación desgarradora.


1. ¿Qué dice sobre el origen del conflicto armado?


Wills presenta como factores originarios de la guerra tres nudos: el primero es un campesinado sin representación política, el segundo es una polarización social en el marco de una institucionalidad fracturada (aunque en el desarrollo del texto este nudo se centra en la situación concreta de la ausencia de una profesionalización democrática de las fuerzas armadas), el tercero son las articulaciones perversas entre las regiones y el centro. La analogía con los nudos, desde la perspectiva de esta académica, es una manera de abordar hechos que se han enredado cada vez más a través de la historia en la medida en que los actores involucrados en ellos halan en direcciones contrarias.


Estos tres nudos tienen unas características en el siglo XIX y los inicios del XX, que llevan al origen del conflicto. Sobre el primer nudo se ubica en la segunda mitad del siglo XIX, la conformación de un sector de pequeños campesinos independientes que quedaron por fuera de las alianzas clientelares regionales, por fuera de las reparticiones burocráticas del poder partidista, y que constituyeron las primeras migraciones de colonos que constituyó la frontera agrícola.


Sobre el segundo y el tercer nudo se ubica que el Estado-Nación en Colombia nació fracturado por las disputas entre los partidos por el control de las instituciones. Las relaciones del centro con las regiones, el recaudo y la repartición del fisco, y el lugar de la Iglesia Católica en el orden social fueron motivo de constantes confrontaciones que llevaron a 8 guerras nacionales y 14 regionales durante el siglo XIX, y que con la Constitución del 1886, desencadenaron en la guerra de los mil días.


2. ¿Cómo explica su prolongación y degradación?


Para la autora, el hecho de que no se resolvieran estos nudos y se profundizaran con nuevos fenómenos en la década de los 60 es la causa fundamental de su prolongación y descomposición, al punto de convertirse en guerra total en la década de los 80 y los 90.


El Frente Nacional, que para liberales y conservadores era el camino para acabar con la guerra en el campo, generó nuevos fenómenos que ahondaron en los mencionados nudos. Si bien este acuerdo acababa con la confrontación entre estos dos partidos, fue una medida excluyente al limitar la contienda solo a estos dos partidos. Esto generó una reacción que se expresó en el posicionamiento de movimientos como el MRL y la Anapo, así como la proliferación de numerosas movilizaciones y fortalecimiento de nuevas expresiones de la sociedad, como estudiantes, mujeres, entre otros.


Durante ese periodo, según Wills, se creó una organización campesina como iniciativa del gobierno, que iba de la mano de una reforma agraria que intentaba restarle espacio al descontento social y al posicionamiento de las ideas de izquierda. Sin embargo, cuando esta empezó a hacer tomas de tierras, fue despojada de su personería jurídica, lo cual frustró la posibilidad de soltar el primer nudo.


En la década de los 60 también se decretaron medidas restrictivas, que le daban a la Fuerza Pública competencias para juzgar y para armar grupos de civiles en defensa de la seguridad nacional. Estas medidas se extendieron a la década de los 70, con estados de sitio y estatuto de seguridad. En los 80, el flagelo del narcotráfico ahondó la conformación de grupos anti-insurgentes, de la mano de una visión desde las Fuerzas Militares que veía en las conversaciones de paz, establecidas por Belisario Betancourt, una forma de entregar el país a las guerrillas. Es aquí donde surgen las alianzas perversas entre los liderazgos regionales y estas nuevas expresiones criminales a las que se refiere el tercer nudo.


3. ¿Qué efectos deja la guerra?


Sustentada en cifras concretas y en la voz de las víctimas, Wills considera que el balance que “dejan estos años de armas y confrontaciones es desgarrador”. A su juicio, para ellas, no hay discursos heroicos sino una experiencia dolorosa que, en muchos casos, deja huellas traumáticas que perviven en sus cuerpos y espíritu por largo tiempo.


Si bien hizo referencia a las más de 220.000 víctimas que han perdido la vida en esta guerra; de las más de 5 millones 700 mil personas desplazas; de por lo menos 1.700 mujeres y 600 hombres que han sufrido vejámenes, humillaciones y violencia sexual; de los más de 25 mil desaparecidos forzosamente y de 27 mil secuestrados; y de las más de 10 mil personas afectadas por las minas antipersonal, Wills estimó que “todos los colombianos y las colombianas también hemos perdido en estos años de conflicto”.


4. Observaciones


Como ideas centrales a resaltar está la necesidad de reconocer el campesinado como un actor fundamental de la sociedad y resarcir el retroceso que se tuvo con la destrucción de la organización campesina ANUC. Resolver el problema de representación y reconocimiento político que hoy reclama este sector de la sociedad, como primer paso para desenredar este nudo.


Por otro lado la necesidad de sacar a la Fuerza Pública del cerco tendido por los diseños institucionales poco garantistas, así como la promoción de sanciones ejemplares a quienes transgreden las normas inscritas en la constitución, fomentando una cultura de la rendición de cuentas interinstitucional, con el fin de desatar el segundo nudo.


Por último la autora propone la construcción de alianzas de fuerzas democráticas y sociales para derrotar, de manera institucional, a las redes criminales que sobreviven en el ámbito regional y que tienen muchos pies en la legalidad por los lazos clientelistas que se han tejido durante años, en la vía de desatar el tercer nudo.


(*) Investigadora y coordinadora del proyecto de género del Centro de Memoria Histórica. Politóloga y profesora de la Universidad de los Andes.