Una guerra que empeoró la desigualdad


Este colombianista francés plantea que la guerra ha mantenido intacto el estatus quo social y político.


1. ¿Qué dice sobre el origen del conflicto armado?


La tesis central de Pécaut es que la guerra no ha servido para superar los problemas estructurales que se le endilgan como causa. La constate del conflicto ha sido, según su ensayo, la precariedad del Estado para regular la vida social, y para crear un imaginario colectivo de nación.


Reconoce que los problemas agrarios como la apropiación de baldíos en detrimento de la propiedad campesina, la precariedad en los títulos, el latifundio, las corrientes migratorias, entre otros, han reforzado la pobreza y la ciudadanía incierta en la Colombia rural, pero argumenta que estos no explican por sí mismos la existencia del conflicto armado. Encuentra heterogéneos por tiempo y espacio los movimientos agrarios de los años 30 hasta ahora.


Pécaut también señala que más que adhesión al Estado, los colombianos desarrollaron de manera temprana una adhesión a los partidos políticos, y como más que un Estado fuerte, lo que hubo fue el surgimiento de élites liberales.


A su juicio, el periodo conocido como La Violencia de mitad del siglo pasado, instala en los colombianos la idea de que es la fuerza, y no el Estado de Derecho, la que rige los destinos del país.


También cuestiona ideas arraigadas sobre el Frente Nacional y demuestra, por ejemplo, que durante este período aunque surgieron las guerrillas, en realidad no tuvieron arraigo social, y más allá de ser un sistema cerrado, durante esta época hubo un gran auge de la protesta social, y surgieron movimientos como la Anapo y el MRL; aunque también deja un legado de abstención política y Estado de Sitio.


2. ¿Cómo explica su prolongación y degradación?


Según Pécaut, el conflicto se prolongó por el narcotráfico, cuyos dineros han irrigado la política desde hace tres décadas, tanto a la derecha como a la izquierda.


También los cambios en la economía, pues se pasó de ser un país cafetero al desarrollo en zonas periféricas. Otro factor de prolongación fue el bloqueo de la vida política con hechos como el exterminio de la UP. Y también el desencanto con las reformas prometidas que se han quedado a medio camino a lo largo de nuestra historia, desde la Revolución en Marcha hasta la Constitución del 91.


3. ¿Qué efectos deja la guerra?


Pécaut cuestiona abiertamente la tesis de que hay un terrorismo de Estado. Lo que tiene es una autoridad cuestionada, una incapacidad de ejercer el monopolio de la fuerza, una legitimidad fragmentada, y en últimas, que el Estado se ha acomodado a la privatización de la violencia.


También le da peso a los cálculos estratégicos de los actores del conflicto para que éste se prolongara y extendiera.


4. Observaciones


La guerra mantuvo el estatus quo y acentuó las desigualdades sociales y políticas. Fenómenos como el despojo de tierras, o la para-política se facilitaron por ella. Las élites siguen detentando el poder. Las guerrillas nunca lograron capitalizar la inconformidad de la gente, y por el contrario, la guerra influyó en un descenso fuerte del movimiento social, y por tanto, un agravamiento de las injusticias. A los campesinos, la guerra les quitó la ciudadanía.


El conflicto también ha favorecido el desorden social y la irrupción de actores “oportunistas” de la violencia, como el crimen organizado. Reconoce que en la sociedad civil hay múltiples dimensiones asociadas al conflicto, desde la de víctima, hasta la adhesión a las causas armadas o redes violentas que le otorgan beneficios; y destaca la gran capacidad de resistencia y organización de la población.


El miedo de muchos sectores al proceso de paz, es el miedo a que por fin se consoliden las reivindicaciones sociales y políticas que han sido frustradas en el pasado.


(*) Sociólogo francés y experto en temas de Colombia.