Narcotráfico, un factor de prolongación del conflicto


Colombia ha vivido dos “oleadas de guerra civil”, las cuales están entrelazadas y desembocaron en el conflicto armado con las Farc.


1. ¿Qué dice sobre el origen del conflicto armado?


Gutiérrez establece cinco factores que desencadenaron el actual conflicto armado con las Farc. En primer lugar se refiere a las herencias de la época conocida como de La Violencia y considera que, durante ese ciclo de exterminio, “los respectivos gobiernos lanzaron ataques masivos contra la población civil, a menudo con objetivos territoriales, y construyeron, alimentaron o promovieron redes violentas en las que participaron líderes políticos, civiles, y miembros de agencias de seguridad para atacar, expropiar y humillar a pobladores que se consideraban adversarios”.


Luego establece que la desigualdad agraria es otro factor que desata la guerra, la cual surgió, según él, en medio de la disputa partidista que estaba más interesada en satisfacer necesidades particulares que sociales. A su juicio, los políticos, por medio de sus fichas en cargos importantes, “podían operar sobre el conjunto de la vida local para garantizar acceso a la tierra protegido por la coerción y la impunidad”.


Enseguida advierte que en medio de ese manejo político, los campesinos fueron desconocidos, sus derechos quedaron relegados y las disputas partidistas heredaron políticas “extraordinariamente excluyentes” que generaron “un sesgo anticampesino de grandes proporciones”.


Destaca, además, el cierre las policías subnacionales durante el Frente Nacional que apoyaron la violencia partidista, pero cuestiona que recreara la provisión privada de seguridad y estableciera la figura de la autodefensa. Bajo esa medida el Ejército fue “el encargado de recibir las demandas de seguridad privada de la población, lo que dotaría a la guerra contrainsurgente de su marco institucional específico, y a la larga desataría dinámicas análogas a las de la Violencia”.


Por último, señala que el cambio del sistema político, que pasó de centralizado a local, estuvo orientado a “expresar las demandas de las élites territoriales”, con lo que se acrecentaron las desigualdades.


2. ¿Cómo explica su prolongación y degradación?


Gutiérrez señala que entre 1970 y comienzos de la década de 1980, el país se encontraba, “desde cualquier criterio razonable, en estado de guerra civil”. Y plantea cinco grandes factores que contribuyeron a la persistencia del conflicto armado.


El primer factor es el narcotráfico. Según él, las Farc se articularon al narcotráfico a finales de la década de 1970, lo que les permitió obtener recursos suficientes para “desarrollar el modelo altamente militarista”. De paso, en zonas de abandono estatal plagadas de hoja de coca, las Farc se convirtieron en “autoridad local” y aplicaron “distintas modalidades de orden y formas rudimentarias de justicia”.


El segundo factor es la violencia contra los civiles. Los ataques y crímenes de las Farc contra la población civil generaron más violencia y un rol activo del paramilitarismo, que se catapultó ante la amenaza del secuestro, sobre todo de las elites rurales, lo que desembocó en una violencia homicida sin precedentes.


El analista retoma la provisión privada de la seguridad como tercer factor en el conflicto armado. Si en el periodo de La Violencia las policías subnacionales fueron un actor clave, para la época de la guerra contrainsurgente lo fueron los grupos paramilitares, que, a su juicio, nacieron en el seno de élites regionales vulnerables pero fueron habilitados a nivel nacional. “El paramilitarismo fue totalmente ilegal solamente durante un período de máximo ocho años. Hasta 1989 estuvo cubierto por el conjunto de instrumentos que autorizaban la creación de autodefensas legales, y desde 1994 hasta 1999 por las cooperativas de seguridad”.


El cuarto factor es la convergencia del paramilitarismo con otros poderes. En este punto, tanto sectores legales e ilegales golpeados por las guerrillas, encontraron apoyo en facciones paramilitares porque no podían acceder a la protección del Estado. Además, también convergieron sectores políticos, que “promovieron al paramilitarismo” por diferentes razones y resalta que agencias de seguridad del Estado se articularon a su accionar.


El último factor son los cambios en el sistema político. La descentralización y el manejo de recursos, hicieron que los municipios se volvieran apetecidos por los grupos armados ilegales, lo que inició otro tipo de disputa. En muchos casos, unos y otros asesinaron a funcionarios electos acusándolos de servir a sus rivales, pero también se tejieron alianzas entre políticos y grupos armados ilegales para llegar al poder.


3. ¿Qué efectos deja la guerra?


Gutiérrez asegura que el conflicto destruyó de manera masiva el tejido social, las tradiciones positivas y las redes de confianza de las comunidades. Además de las víctimas y de los crímenes que se cuentan por cientos de miles, una de las peores consecuencias es que acabó con “el enorme potencial cívico, de destrezas, capacidades y energías de participación en lo público” de muchos de los líderes asesinados.


Por parte de las Farc, considera que con el narcotráfico y el secuestro, lograron sostener su modelo militarista, pero paradójicamente se ganaron el rechazo de amplios sectores de la sociedad por sus acciones brutales contra la población civil.


(*) Investigador del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Colombia. Director del Observatorio de Restitución y Derechos de Propiedad Agraria.